Perú es una tierra mágica donde se han desarrollado civilizaciones fuertemente vinculadas a la naturaleza. El contacto con el más allá a menudo estuvo mediado por ceremonias que duraron varios días y que podrían implicar sacrificios y uso de plantas alucinógenas.
La planta de excelencia de las poblaciones andinas es, sin duda, la coca, considerada un regalo divino para aliviar el sufrimiento y ayudar a los hombres en el trabajo diario, utilizada como remedio médico para una variedad de dolencias y también como una ofrenda durante sus rituales. Otra planta utilizada para conectar lo humano con lo divino es el cactus de San Pedro, que gracias a su alta concentración de mezcalina produce fuertes efectos estupefacientes. En el Amazonas encontramos el Ayahuasca, una sustancia alucinógena extraída de las vides de la selva, utilizada por los chamanes para poder alcanzar un estado de trance durante varias ceremonias.
La fiesta más importante es el Inti Raymi, en honor a la divinidad Inti, el Sol. Se lleva a cabo en Cusco cada 24 de junio, la fecha que corresponde al solsticio de invierno para el hemisferio sur. Otra deidad de gran importancia es la Pachamama, o Madre Tierra. Los rituales relacionados con la Pachamama todavía se realizan en diferentes partes del país, son especialmente practicadas por las comunidades Quechua y Aymara.
Hoy en día existe un fuerte simbolismo y un fuerte vínculo con la tierra que se puede percibir visitando los lugares sagrados y participando en las celebraciones y rituales de las comunidades indígenas locales.